La agricultura biológica se abre paso en Iberoámerica ¿Qué posibilidades nos ofrece?

Hablar de agricultura en Latinoamérica es, sin ápice de duda, hablar de un componente esencial en la economía de ésta región pero también de la forma de vida de un amplio porcentaje de la población. Adquiere aún mayor relevancia si estos hechos los traducimos en datos.

En países como Paraguay o Nicaragua la agricultura, en 2014, alcanzo cotas de más de un 20% del total del PIB y en otros como Bolivia, El Salvador o Guatemala superó el 10%. De hecho, esta cifra no desciende por debajo del 5% en toda Iberoamérica. Estas cifras por sí solas carecen de dimensión pero si las comparamos con las de otros países empezamos a darnos cuenta de la importancia de la agricultura para esta región. En Alemania los datos de 2014 le otorgan un 0,8%, en Estados Unidos asciende al 1,4% y, por poner un ejemplo conocido por todos pues no nos queda lejos, en España, huerto de Europa, se limita al 2,5% del PIB total del país. Podemos deducir de estos datos que, sin peligro a equivocarnos, la importancia de la agricultura para las economías latinoamericanas es algo indiscutible. Siendo así, en esta región las medidas sobre cuidado de suelo, evitar el uso de productos nocivos para la salud, mejorar la calidad de los productos y evitar las emisiones que contribuyan al efecto invernadero a través de la implementación de un tipo de agricultura sostenible y biosaludable podrían dotar a este sector del empuje y crecimiento necesarios para convertirse en un ejemplo y un referente a nivel mundial.

En Europa, desde los años 90, hemos asistido a un incremento notable en lo que a agricultura biológica se refiere. Hemos llegado a un punto en el que la misma Unión Europea destina gran parte de las ayudas provenientes del FEOGA a financiar este tipo de prácticas, así como, a crear marcas y sellos que favorecen el consumo de estos productos. La Comisión Europea en su página web establece una lista de prácticas de agricultura biológica que incluyen la rotación de tierras, la limitación de productos fitofarmaceuticos o pesticidas, prohibición de modificar geneticamente los productos, la elección de determinadas especies. Además, encontramos otras Organizaciones Internacionales muy implicadas. La FAO, órgano dependiente de la ONU, ofrece cursos on-line y ONG’s como Greenpiece también ofrecen diferentes tipos de ayudas.

La agricultura tradicional plantea dos problemas principales. El primero, que recae de forma directa sobre la población, es el efecto que los pesticidas producen sobre los consumidores.En Latinoamérica, las ventas de pesticidas se duplicaron en los últimos 12 años, según una encuesta de la revista Science. Brasil, desde 2008, ocupa el primer lugar, entre los países latinoamericanos en el uso total de pesticidas, cada persona consume al año equivalente a 5 kilogramos de veneno. El segundo gran problema, aunque afecta también a los ciudadanos, afecta de forma directa al medio ambiente. Son la deforestación y la pérdida de calidad del suelo. El uso de pesticidas y la ausencia de rotación en los cultivos, mucho más beneficiosa como ha demostrado la FAO, han terminado por acabar con la fertilidad del suelo obligando a los agricultures a habilitar nuevas tierras en detrimento de los bosques. Si sumamos el uso de herbicidas a la deforestación el impacto sobre el medio ambiente es nefasto, incompatible con los grandes esfuerzos que los estados están realizando para combatir el cambio climático.

Cambiar al sistema orgánico beneficia la salud y el medio ambiente, pero también requiere considerables recursos y apoyo técnico: los productores tienen que aprender nuevas formas de fertilizar la tierra, hacer frente a las plagas y adaptarse a las nuevas respuestas del suelo. A nivel empresarial las posibilidades parecen carecer de límites. En una industria tan joven la capacidad de innovación y los terrenos por explorar son casi infinitos, un proyecto ilusionante por la cantidad de nichos de mercado a copar que se nos ofrecen.

En conclusión, este cambio de entender nuestro entorno fruto de la concienciación sobre el cambio climático y de la importancia de la calidad de la alimentación ofrece a Latinoamérica unas posibilidades muy altas de crecer y de convertirse en  un referente de un sector que está dando sus primeros paso. Y que mejor opción que darlos acompañados por una asesoría con años de experiencia en el sector. Evolutiza Abogados y Asesores Tributarios, desde sus sedes en Madrid, Londres o Zurich, pone a su servicio su mas que dilatada experiencia en asesoramiento en el establecimiento empresarial.